Todo el que esté familiarizado con el beisbol , y en particular con el de las grandes ligas, en las primeras de cambio pensará que se trata de una equivocación, o una broma de mal gusto para su conocimiento infalible. Sí, cuesta imaginar, que un pitcher que haya alcanzado 20 victorias en una sola temporada, de “buenas a primera”, decida retirarse.
Es tan inaudito que lo hemos escrito entre comillas, pero es cierto. Tres lanzadores han protagonizado el increíble episodio: Eddie Cicotte al terminar la campaña en 1920, Sandy Koufax al concluir la de 1966, y Mike Mussina una vez culminada la temporada de 2008. Y conste, ni siquiera fueron inesperadas, o no pensadas. Todas tuvieron su histórico porqué.
En la campaña de 1920 con los Medias Blancas de Chicago, Cicotte ganó 21 juegos y completó 303 entradas en sus 35 aperturas. Tenía 36 años, y en honor a la verdad, hay que decir que su retiro no fue voluntario. Cicotte fue suspendido para siempre por el juez Kenesaw Landis, acusado de vender con siete compañeros, los juegos de la Serie Mundial de 1919 con los Rojos de Cincinnati.
En la serie, Cicotte comenzó tres encuentros, tuvo marca de uno ganado y dos perdidos con efectividad de 2.91 en 22 entradas. Cincinnati ganó el clásico en ocho encuentros. No hubo pruebas comprobadas, pero la liga decidió expulsar para siempre a los acusados.
Por segundo año en fila, Koufax recibió en 1966 el premio “Cy Young” como el mejor lanzador de la temporada en todas las grandes ligas, luego de ganar 27 encuentros con los Dodgers de Los Ángeles. También fue el líder de la Liga Nacional con efectividad de 1.73, 323 innings y 317 ponches, 41 aperturas y 27 juegos completos, más cinco blanqueos.
Tenía 30 años de edad, pero a mediados de temporada, el lanzador zurdo había decidido retirarse porque las molestias de la artritis en su brazo de lanzar se habían tornado insoportable.
Mussina iba a cumplir 40 años en el mes de diciembre y ya sumaba 18 años en las ligas mayores con 270 triunfos. En esa campaña de 2008 con los Yanquis de Nueva York, y junto con sus 20 triunfos, había sido el líder de la Liga Americana con 34 aperturas. Para más señas, en esa campaña de 2008, Mussina se había convertido en el primer pitcher de la Liga Americana en ganar 10 o más encuentros por 17 temporadas consecutivas.
La decisión del derecho solo partió de la creencia de que ya era suficiente, considerando que estaba en acción desde 1990 y era el instante de pasar más horas en casa con la familia.
Ya para entonces, los tres habían vivido carreras sobresalientes. Cicotte ganó 209 encuentros, y Koufax y Mussina, llegarían al Salón de la Fama.