En solo tres de los seis juegos de la pasada Serie Mundial entre los Bravos de Atlanta y los Astros de Houston, el pitcher abridor fue el ganador. Y de los tres, dos no pasaron de la quinta entrada y el tercero no pasó de la sexta. Con la inmensa cantidad de variantes y de circunstancias que abundan en el beisbol, bien pudiera pensarse que se trató de eventos comunes y corrientes en el juego. No hay cómo demostrar que estamos ante un hecho insólito.
“Las decisiones en el manejo de los pitchers tienen múltiples factores”, advierte Iván Arteaga, coach de pitchers de los Bravos de Margarita, y quien lanzara entre 1991 y 2002 con el Magallanes en el circuito venezolano, y con la organización de los Expos , los Rockies y los Mets en el Beisbol Organizado.
“En líneas generales, los abridores son preparados para ir “largo” en el juego. Tienen una preparación física y mental que les permite fluctuar entre la adrenalina y el control emocional en diferentes facetas y estrategias del juego, donde pueden enfrentar a un lineup dos, tres y hasta cuatro veces. Las estadísticas indican que los bateadores tienen más oportunidad de batear a un abridor, la segunda, tercera vez que se enfrentan a él durante el encuentro, razón por la que los relevista están entrando mucho más temprano al juego, lo que les ha dado relevancia al rol de relevo largo”.
El sexto juego de la Serie Mundial concluyó 7 a 0 para darle el título a los Bravos, y su abridor Max Fried solo permitió cuatro imparables a los Astros y repartió seis ponches, antes de dar paso a los relevistas luego de completar seis episodios.
“Al analizar una rotación, podemos observar claramente, que quienes tienen más talento son considerados los ases”, explica Arteaga, que con Magallanes tuvo marca de 11-8 y efectividad de 3.70 en 214 innings, antes de lastimarse y retirarse en 2002.
Tenía 30 años de edad. “Luego el nivel del talento, una apreciación subjetiva, determinará el resto de los puestos en la rotación, que tradicionalmente está compuesta por cinco abridores. De la misma manera, los roles en el relevo pueden estar determinados por el nivel de talento, por la capacidad que tenga un lanzador de hacer outs a bateadores derechos o zurdos, por su capacidad para lanzar tarde en el juego, por sus días de descanso entre otros factores según la individualidad del caso, y cuya decisión quedará en manos de cada manager”.
En los otros dos desafíos de la última Serie Mundial conquistados por el pitcher abridor, el mexicano José Urquidy en su labor de cinco capítulos permitió dos anotaciones a los Bravos, y Ian Anderson en cinco tramos no aceptó carreras de los Astros.
“Con respecto al uso de un relevista para que enfrente a los primeros tres o seis bateadores en el orden del lineup, las estadísticas indican que el abridor, y el equipo, solo se beneficiaría si solo ve a la parte alta del lineup dos veces durante su estadía en el juego”, afirma Arteaga. “Lo que permitiría “acortar” el juego y la participación del abridor antes de darle paso en el octavo y noveno, a los relevistas cortos y cerradores”.
La información del presente y la cantidad de lanzamientos
“Otro factor a tener en consideración con respecto al transitar un lineup dos o tres veces, es la cantidad de información que tienen los bateadores gracias a la tecnología aplicada al beisbol”, explica Arteaga.
“Eso les permite estar mejor preparados, y así “exprimir” más lanzamientos a un pitcher a quien su nivel de talento no lo hace dominante, por lo que tiende a utilizar muchos más recursos y envíos por turno, para hacer outs a bateadores de alto nivel, experiencia, y sin duda los mejores del planeta. Se cree que el promedio de envíos por turno, oscila entre 4 y 5. Eso nos indica, que al enfrentar 20 o 25 bateadores, ya el nivel de fatiga debería hacer, casi que obligatoria, la presencia de un relevista”.
EN TIPS
¿Llegó para quedarse?
“A título personal, creo que los lanzadores abridores han aceptado que cinco innings son buenos”, advierte Arteaga.
“Tendencia que está presente en la mayoría de los lugares en que se juega pelota profesional. Aunque existen pitchers que son capaces gracias a su talento, de enfrentar y dominar a un lineup, como Jacob deGrom, y de permanecer en el encuentro siete innings o más”.