El tres de febrero del año pasado comenzaron los movimientos de temporada baja para la contienda 2022-2023. Tiburones de La Guaira concretó un cambio que tomó por sorpresa a muchos y dio un pequeño abreboca de lo que sería la gestión de su nuevo gerente general César Collins.
Los salados salieron del lanzador Jorgan Cavanerio y de los hermanos Teodoro y José Martinez, que por años fueron estandartes del equipo. Esto para hacerse con los servicios de cinco peloteros entre los que destacan Ramón García, Francisco Arcia y Wilson García.
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Los del litoral, que venían de ganar solo 15 juegos en la temporada 21-22, estaban urgidos por transformarse desde las bases y eso hizo César Collins. Aquel fue el primero de cinco cambios reportados en la página web de la LVBP, 10 peloteros salieron y otros 14 llegaron.
En paralelo se produjo una gira internacional en la que el gerente consiguió nuevas firmas y concretó el regreso de varios peloteros que eran parte de la organización, pero tenían varios años sin uniformarse como Ricardo Pinto, Alcides Escobar o José Quijada.
Todas esas incorporaciones se sumaron a la irreverencia de Maikel García y la experiencia de Danry Vásquez, inamovibles, y entonces tuvimos la nueva versión de Tiburones, un equipo que a lo largo de la ronda regular estuvo peleando por el liderato, se clasificó de tercero (29-26) y avanzó a su segunda final en 36 años.

Cambios fueron rápidos y evidentes
Todo el que pudo pensar que la reestructuración sería lenta y progresiva se equivocó. Más allá del desenlace de la temporada, La Guaira comenzó a creer y triunfó.
Desde el seno de la organización reconocieron toda esa evolución en el escrito “La Ilusión ha vuelto” del periodista Diego Romario, miembro del equipo de prensa salado.
“Tiburones vuelve a contar con el respaldo más importante: el de sus peloteros y su fanaticada… La Guaira volvió a sus colores, recuperó su identidad”, dice el texto publicado en la página web del equipo el pasado 14 de enero.

El comienzo de una nueva era
No hay dudas, la 2022-2023 será una campaña inolvidable para Tiburones de La Guaira. Pero esto es solo el comienzo, mantener viva la ilusión y competir regularmente es el objetivo real que persigue la oficina de César Collins.
“Estos Tiburones no son cosa de una temporada”, dijo con seguridad antes del tercer juego de la final, en el que Tiburones se impuso 7-2 ante Leones para sumar su primera victoria de la serie, que hasta ese día estuvo 2-0.
“Este es un compromiso que continua, no es solo un año… El objetivo es ser una organización que año tras año pueda estar compitiendo por el titulo como lo ha hecho en años recientes Magallanes, Cardenales o Caribes. Dimos pasos gigantes y no vamos a parar”, agregó el directivo de 28 años, que tiene más de una década vinculado a las oficinas del beisbol venezolano.
“Believe” (creer) fue lo que César Collins le pidió en principio a sus peloteros, staff y demás miembros del equipo. Los que confiaron y se atrevieron a dar el salto al vacío tuvieron la oportunidad de vivir una de las temporadas más espectaculares en la historia de Tiburones y ahora son la base de un futuro promisorio.
“Reconciliar a todos con la camiseta fue un gran paso. Muchos peloteros que tenían cinco, seis años sin ponerse este uniforme volvieron a confiar, creyeron que ahora sí se podían hacer las cosas diferentes y aquí están los resultados, estamos en la final”, expresó César Collins con una sonrisa.
“Sabemos que tenemos que seguir fortaleciendo al equipo. El pitcheo es lo principal… Tenemos que ser constantes en el trabajo, no podemos conformarnos con un año bueno, hay que trabajar para que Tiburones año tras año clasifique, dispute finales y pueda sumar títulos”, añadió el directivo.
El compromiso de casi una década
El proyecto de César Collins claro que es ambicioso, siempre lo ha sido. Pero no es algo que surgió de la noche a la mañana, responde más bien a una necesidad que detectó hace por lo menos ocho años, cuando era un pasante dentro de la organización de Tiburones.
“En la pasantías que hice con Tiburones en 2015 pude detectar varios problemas e irregularidades que a mi parecer le hacían daño al equipo”, recordó el joven, que inició su carrera en el beisbol con Magallanes en la exitosa campaña 2012-2013.
“Me tomó años poder tener la oportunidad de corregirlos. Pero me enfoque en desarrollarme como gerente, aprendiendo de Luis Blasini en Magallanes, de Luis Amaro en las Águilas, de mis experiencias en México, y finalmente pude regresar a La Guaira para poner en marcha mis idea”, sostuvo.
“Mi meta era demostrar que Tiburones con sus peloteros y con su presupuesto tenía la misma oportunidad de competir que el resto de los equipos. Y lo ha logrado, ahora quiero demostrar que el éxito se puede mantener”, agregó.
El acabar con una sequía que supera los 35 años no es algo sencillo. Pero es una gran motivación para César Collins, que no le teme al ensayo y error.
“Exponerse al fracaso siempre asusta, pero es la única forma que tenemos para detectar lo que nos falta para llegar a la meta”, consideró.
Hará lo que haga falta
En Tiburones están convencidos de que lo hecho esta campaña puede ser sostenible en el tiempo, siempre y cuando no bajen la guardia. No hay peloteros intocables, harán lo que sea necesario.
“Tiburones siempre está abierto al cambio. Para este año fuimos el equipo que más movimientos tuvo durante la temporada muerta y eso nos dio éxito. Seguiremos estudiando el mercado para fortalecer el equipo”, sostuvo.
“Aquí nadie es sagrado, nadie es intocable, nadie está por encima del equipo”, concluyó.
Así tiene que ser para uno tener excito ahí que arriesgar en todo de lo contrario tu no lo ves en el futuro te darás cuenta