martes, noviembre 28, 2023
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Visión de juego | La norma del juvenil en cancha solo ha traído beneficios al futve

La norma de alinear de manera obligatoria un jugador sub-20 en cancha es uno de los aportes más significativos de la Federación Venezolana de Fútbol al desarrollo de nuevos talentos en el país. La primera vez que se utilizó esta regla fue por el año 1989-90, cuando la Liga Profesional de Fútbol, dirigida entonces por el maestro Laureano González, la puso en práctica pese a la resistencia de los dueños de equipos.

El propósito de esta norma era darle fogueo a los jugadores de la categoría que competirían en el Campeonato Suramericano Juventud de América que en 1991 sería organizado por Venezuela. De esa primera aplicación de la regla del sub-20 en cancha surgió una primera camada de nuevos y talentosos futbolistas comandados por la zurda magistral del guayanés Stalin Rivas, Edson Tortolero, Gerson Díaz, Leonardo Lupi, Gustavo “Lobo” Caraballo y Alvris Faure, entre otros, que integraron la selección nacional que compitió en Puerto Ordaz, bajo la dirección técnico de Iván “Tiburón” García.

Aquel equipo apenas tuvo un par de partidos de preparación ante Colombia y el Valencia FC, y como era de esperar sucumbió en el objetivo de avanzar de ronda y conseguir la clasificación al Mundial de Portugal. Un triunfo ante Perú (2-1) y derrotas ante Paraguay (1-7), Ecuador (4-3) y Uruguay (1-5) fue el saldo de la participación de la Vinotinto sub-20 en el campeonato ganado por Brasil.

El fracaso de la selección nacional hizo que los dirigentes y entrenadores cuestionaran la aplicación de la norma. Aunque se mantuvo un par de años más, se hizo moneda corriente que los entrenadores alinearan al sub-20 en el puesto de lateral, por lo que se desnaturalizó el propósito de desarrollar talentos en las demás posiciones. Así que en 1993, la obligación de alinear un juvenil fue derogada y a regañadientes se aprobó que los clubes de primera división tuvieran un equipo filial sub-20 en el torneo nacional.
Cuando el fallecido Lino Alonso asume la dirección de las selecciones menores sub-20 y sub-17 en 1997, la norma del sub-20 en cancha volvió a establecerse con la mira puesta en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 98, en los que la selección de Venezuela encabezada por Daniel “Caricari” Noriega, Alexis “Pelecito” García, Cristian Cásseres, Alexander “Pequeño” Rondón, Fernando Martínez y Jorge “Choco” Giraldo se coronó al vencer 3-1 a México.

Desde entonces, la norma ha sido de utilidad para que surjan nuevas camadas de jugadores que han renovado al fútbol nacional y le han dado sus mayores logros a nivel de categorías menores con el subcampeonato que otra generación repleta de talento liderada por Yeferson Soteldo, Adalberto Peñaranda, Wuilker Faríñez y Yangel Herrera obtuvo en el Mundial Sub-20 de Corea del Sur 2017.

La norma del sub-20 en cancha solo ha producido beneficios al fútbol nacional y sería un despropósito borrarla del mapa. Por el contrario, habría que ampliarla y mejorarla para que más promesas tengan la oportunidad de foguearse en la máxima categoría y pulan sus habilidades en el terreno de juego. Crear un campeonato de reservas, donde los jugadores menores puedan entrenar y competir cada fin de semana, como al parecer ha propuesto el nuevo seleccionador nacional, José Pékerman y sus asistentes, es un gran iniciativa, siempre y cuando no vaya en desmedro de la obligación de alinear un juvenil en el campeonato de primera categoría. Más bien habría que impulsar nuevas reglas para que los equipos no solo coloquen un sub-20, sino que lo utilicen en demarcaciones donde hay deficiencias, como ocurre en el ataque. El fútbol nacional necesita con urgencia formar delanteros para el nuevo ciclo que culminará en el Mundial de 2026.

Sin pasión en las gradas de nada sirve que se juegue con menos equipos

La reducción de equipos en la primera división del fútbol nacional que de 21 participantes bajará a 16 en la venidera temporada es otro paso adelante para fortalecer y consolidar la Liga Futve. Pero jugar con menos equipos no es suficiente. El fútbol va más allá del cumplimiento a cabalidad de la Licencia de Clubes para mantenerse en la máxima categoría. Es un salto adelante que los equipos participantes estén financieramente sanos y cumplan con los contratos firmados a los jugadores y cuerpos técnicos; y que tengan instalaciones apropiadas para disputar sus partidos.

Sin embargo, todos estos avances necesitan un componente esencial para que un equipo deje de ser la iniciativa de un empresario enamorado del fútbol y se transforme en un sentimiento colectivo: aficionados. El fútbol nacional todavía está poblado de equipos fantasmas, sin alma en las gradas ni arraigo social. Sin esa comunión profunda entre clubes y aficionados no importa si se juega con más o menos equipos, porque la ecuación será siempre la misma: cero pasión en las canchas.

Zamora realizó el mejor fichaje con la contratación de Noel Sanvicente

El mejor fichaje que se ha visto hasta ahora en la Liga Futve lo ha hecho el Zamora con la contratación de Noel Sanvicente. El técnico más ganador del fútbol venezolano regresa al banquillo de la “Furia Llanera”, donde ya hizo historia al conquistar el bicampeonato en las temporadas 2012-13 y 2013-14. Sanvicente es un especialista en reconstruir las plantillas, aprovechar al máximo los recursos disponibles y darle oportunidad a las jóvenes promesas para que se consoliden en el primer equipo.

Zamora ha perdido terreno en las más recientes temporadas, relegado a un segundo plano competitivo, y es comprensible el revuelo que ha causado en tierras llaneras el regreso del experimentado entrenador, que cumplió otro ciclo exitoso en el Caracas FC. Bajo la tutela del técnico guayanés, el cuadro llanero no solo ganó títulos, sino que hizo caja con la venta de jugadores de proyección internacional como Jhon Murillo y Yeferson Soteldo. El nuevo proyecto apunta a devolver al Zamora a la cima del fútbol nacional y potenciar de nuevo la inagotable cantera bar.


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