Max Verstappen detestó cada aspecto del Gran Premio de Las Vegas desde el momento que desembarcó en la Ciudad del Pecado. El reinante tricampeón de la Fórmula Uno encontró los excesos y opulencia opacaban la competencia.
“¡Viva Las Vegas! ¡Viva Las Vegas!”, coreó el piloto neerlandés de Red Bull al pasar junto a la bandera ondeada por Justin Bieber. Verstappen había criticado la carrera en todas las ocasiones que tuvo, pero corrió con un traje inspirado en Elvis y se llevó la victoria en el Strip de Las Vegas.
Era la tercera carrera de la temporada en Estados Unidos, más que cualquier otro país, impulsada por la F1 y el grupo Liberty Media.
Leclerc y su compañero Sainz quedaron primero y segundo el viernes. Sin embargo, el español recibió una sanción de 10 puestos en la grilla de largada, ya que Ferrari se vio obligada a cambiar de auto por los daños provocados por la tapa de alcantarilla. Eso dejó a Verstappen segundo en la salida, aunque no tardó en ponerse en cabeza.
El holandés obligó a Leclerc a salir de la pista al adelantarle, y, aunque Leclerc reclamó que se forzara a Verstappen a devolver la posición, sólo se le impuso una sanción de cinco segundos. La cumplió durante una parada posterior, pero su Red Bull era tan potente que se mantuvo en la pugna toda la carrera.
Leclerc adelantó al mexicano Sergio Pérez para ponerse en cabeza a falta de 17 vueltas, y tres vueltas después Verstappen adelantó a su compañero para colocarse segundo. Él y Pérez colaboraron para que Verstappen pudiera alcanzar a Leclerc a 13 vueltas del final.
Lee también: Sergio Pérez: “En carrera somos más fuertes”
Pérez había conseguido ponerse en segunda posición, pero Leclerc la recuperó al final y negó a Red Bull su séptimo podio 1-2 de la temporada.
Aun así, Lewis Hamilton terminó séptimo, Pérez prácticamente se aseguró el segundo puesto por detrás de Verstappen en la clasificación general.
AP