Si el año que se despide fue atípico, tal cosa fue por los encuentros internacionales que no se dieron. Y por eso, infelizmente, se le va a recordar: ni Copa América en Colombia y Argentina, ni Eurocopa en doce ciudades, y ni qué decir de los Juegos Olímpicos de Tokio.
La esperanza del mundo es que un cataclismo de esta magnitud no se repita. Por eso, y como si fuera una revancha, son muchas las celebraciones que le esperan al planeta entero para tratar de dejar en el país de los olvidos a la pandemia, tan inoportuna que ha sido, tan aguafiestas.
No conseguimos por dónde comenzar. Bueno, sí. Habrá Copa América con la Vinotinto tratando de reivindicar su prestigio; también Eurocopa, un disparadero de partidos que interesa en Venezuela; y con la fe puesta en Yulimar Rojas y su elevación en el salto triple, y José Antonio Díaz como señor del kata en la Olimpíada japonesa.
Un estudio reciente dice que el mundo esperará con especial preferencia los Juegos Olímpicos; luego en la escala de gustos aparece la Eurocopa, tercera la Copa América y luego el torneo de tenis de Wimbledon. Además, se abrirá un delta de competencias tradicionales porque el deporte transita, no obstante los tropiezos, una era de logros y gestas por doquier.
Pero no será todo. El año que se estrena será bueno para las conmemoraciones en el país, así que a tomar aire para que el aluvión no nos agarre desprevenidos.
En 2021 se cumplirán 80 años del título mundial del beisbol, ganado en La Habana en octubre de 1941. Aquella victoria para no olvidar fue la explosión que terminó de coronar a la pelota como el deporte nacional.
Treinta años después, pasando en los metros finales y con Gustavo Ávila como conductor, Cañonero II dio a todos aquella alegría: “¡Allá viene el venezolano, carajo!”, gritó la gente por las calles cuando lo vieron tragarse la pista, orgullosa del bravo caballo entrenado por Juan Arias. El día de la tercera carrera de la Triple Corona de Estados Unidos el país entero sintió latir sus corazones por el noble potrazo, y lloró cuando no lo vio pasar por la meta como vencedor.
Así que esperemos en paz y con los sueños intactos el nuevo año, y montémonos en el cálido tren del deporte universal. Los pasajeros de ese tranvía cantan y callan, celebran y se entristecen según los resultados de cada juego, pero no hay un ser humano que no aprecie en lo más profundo de sí el regalo de Dios: la vida maravillosa y en vivos colores.
¿Dos de oro en Tokio?
Los días por llegar pueden ser inéditos. Porque en ellos el país podría sentir, por primera vez, el orgullo de tener a dos campeones olímpicos.
El agua que trae el río nos dice que, por ahora, no se vislumbra en el paisaje una rival que pueda arrebatarle la dorada a Yulimar Rojas en las alturas del salto triple.
Y también podría subir al podio Antonio Díaz, un maestro de la modalidad del kata en el arte marcial del milenario karate, un deporte que al fin ha sido incluido en el programa olímpico.
Este dulce panorama promete grandes momentos para el deporte nacional y toda la sociedad venezolana, tan necesitada, como la Grecia antigua, de héroes a quienes emular y seguir.
EN TIPS…
2020. Dentro de tantas frustraciones, el mundo celebró los 80 años de Pelé y los 60 de Diego Armando Maradona. Los dos fueron en octubre: el 23 y el 30.
Fútbol. Aunque los campeonatos de selecciones no se cumplieron, sí se comenzaron a disputar las eliminatorias y los torneos nacionales.
Beisbol. No obstante la crisis, las grandes ligas se desarrollaron aunque con un calendario reducido a 60 partidos por equipo. En Venezuela también hubo acción.
NBA. El baloncesto no se detuvo: se fue a Orlando a jugar en una “burbuja”. Por aquí también se trancaron en Margarita para la primera versión de la Superliga.