En el Spurrier´s Restaurant no había una mesa vacía. El lugar, inaugurado hace poco más de un mes era la moda entre los habitantes de la ciudad.
Conversaciones inaudibles entre los cientos de comensales del inmenso local intercalaban el ruido del ambiente con las voces de narradores de las cuarenta y dos pantallas que la tarde del domingo transmitían decenas de partidos, especialmente de fútbol americano.
Una de estos llamó la atención a algunos de los clientes: era un partido de “soccer”, como llaman aquí al fútbol que conocemos en el resto del mundo, entre chicas universitarias. El manojo de muchachas de Tennesse y Florida iban y venían con afán de mineros, y ante la curiosidad periodística quisimos indagar acerca del movimiento femenino de ese deporte en el país…
En Estados Unidos, cuatro veces campeón mundial y otras tantas oro olímpico, se da un hecho que puede parecer insólito: el fútbol de chicas es mucho más seguido y respetado que el de los hombres.
Las jugadoras de la selección nacional son admiradas, y aunque aún no ganan cuantiosas cantidades de dinero en sus clubes, se entienden directamente con la Federación Estadounidense para conseguir libertad en cuanto a los arreglos publicitarios.
Sus sueldos en los equipos profesionales no pasan de cincuenta mil dólares al año, pero en contratos para radio, televisión, vallas e internet, algunas, como Megan Rapinoe, Hope Solo, Abby Wanbach y Alex Morgan, pueden llegar a dos o tres millones de dólares.
Vlatko Andonovski, nacido en Macedonia del Norte y radicado desde hace algunos año aquí, trabaja con vigor para renovar al grupo y continuar con la saga de éxitos que se vio interrumpida en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016, cuando el seleccionado de mujeres cayó en cuartos de final.
Y en Tokio 2021 fue vencida en la semifinal por Canadá y solo pudo alcanzar el bronce.
Gol de Florida, y hay un alborozo en el restaurant que montó Steve Spurrer, antiguo coach de los Gators de Florida, el equipo de fútbol americano de Gainesville y que ahora disfruta en Gainesville de su legado en las canchas…
Hemos venido casi cada año y por razones familiares a Estados Unidos, y esta vez hemos visto algo que nos ha resultado inesperado: muchos estadounidenses tratando de aprender español.
En las tiendas y restaurantes preguntamos algunas cosas en inglés y somos sorprendidos con la respuesta en el idioma castellano. Vaya qué bueno, hemos pensado, ser tomados en cuenta por algo más que Miguel Cabrera, José Altuve y Ronald Acuña, y las mises inteligentes de cuerpos deslumbrantes.
Nos vemos por ahí.