jueves, marzo 23, 2023
InicioOpinionesCristóbal GuerraDani Alves y el hombre perfecto

Dani Alves y el hombre perfecto

Disfruten de una nueva entrega de "Camiseta 10" por Cristóbal Guerra

Los siete mil metros cuadrados de la cancha de fútbol se han transformado, en un santiamén, en la pequeñez de un calabozo en la cárcel catalana Brians 2. Desde su aparición en el fútbol de Bahía de todos Dioses, en el nordeste brasileño, hasta los días actuales cuando ha sido desvinculado del plantel de los Pumas de la UNAM, Dani Alves transitó alegre por dos carreras.

En una fue un futbolista exitoso, fundamental en equipos de tronío como Juventus, Barcelona, París Saint-Germain, Sevilla, Sao Paulo y la selección brasilera; en la otra, un hombre que siempre ha despertado simpatías y sonrisas por su manera de ser, amable, correcta, respetuosa. Casi el “hombre ejemplo”, o “el hombre perfecto” se podría decir, como a menudo se repite en las conversaciones de calle. “Ese tipo es un ejemplo”, argumenta el lugar común; “un ejemplo”. Vaya, vaya…

Los días recientes han develado las andanzas de Alves, y sin pretender saber si es culpable o no de las acusaciones de una chica ofendida que han ido a tener en el lateral derecho de tantas batallas, sí es cierto que su imagen de perfección urbana se ha desmoronado como un terrón de azúcar bañado por el agua.

Ahora recordamos sus días en el Barsa. Cierta vez, desde la grada le lanzaron una banana a manera de llamarlo “macaco”, como usualmente se repite en los estadios de Europa dados a la discriminación por el color de piel de algunos jugadores. Alves, con picardía latinoamericana, con el vuelo mental de la gente de estos contornos, quitó la piel a la fruta y parado a un costado de la cancha, mostrando sus dientes en risa pura, comió el cambur y de esa manera sembró un desagravio para la gente de su color (aunque él es en realidad mulato de ojos claros). Ese acto humorístico y burlón contra los burlistas le ganó un mar de simpatías en España y todo el mundo futbolero, que agradecía que alguien se hubiera enfrentado a los racistas así fuera en un acto de picaresca rebeldía.

Ese episodio contado solo es uno de tantos sufridos por jugadores negros de África y Suramérica, solo que Alves, tal vez advertido de lo que se le venía encima, supo manejar la situación y dejar mal parados a los segregacionistas.

Ahora, en la bajamar de su existencia y a sus cuarenta años de edad por cumplir el próximo mayo, Dani Alves debe estar pensando en que a un hombre, por encumbrado que parezca, por adorado que haya sido mientras estaba en la cumbre de su carrera, solo le basta un acto condenable para la sociedad para bajarlo de su pedestal.

Excomulgado, condenado, señalado, no tendrá tiempo para más. Y el momento será bueno para reflexionar sobre ciertos conceptos señalados al comienzo de esta nota. Cada uno puede tener su propio criterio, pero así como Alves busca hacia adentro y se revisa en su intimidad, cada quien puede mirar a su alrededor.

EN TIPS

Reincidente

Karim Benzema se ha visto enredado en varios líos. Antes del video para extorsionar a un compañero se le había acusado por haber violado a una menor.

Tramposos

Es ya común la evasión de impuestos por los futbolistas. Al ganar mucho dinero deben procurar gestores que le colocan la plata en paraísos fiscales.

Prestidigitación

César González, apodado “mágico” y ex jugador de varios equipos venezolanos, fue detenido en España por pertenecer a una banda de ladrones de carros.

Incendiario

Bruno, defensor brasileño del Bayern Munich, prendió fuego a su casa bajo los efectos del alcohol. Fue preso, y ya en libertad juega en el Sao Paulo.

Locura

José Vieira, luego de haber secuestrado a su novia, el futbolista violó a la novia. Fue condenado a 21 años de cárcel en Barinas, donde todo sucedió.

Brasileños al ataque

El reciente caso de Dani Alves es apenas uno entre tantos en los que se han visto envueltos los jugadores nacidos en Brasil. Recordemos el de Ronaldo Fenómeno, metido en un oscuro asunto nunca comprobado con travestis, y los de otros futbolistas como Romario y Ronaldinho Gaucho, estos por amar tanto la nocturnidad, aunque pocas veces se les vio rociados por el alcohol de bares y discotecas.

También el de Adriano, que en los alocados tiempos de carnaval dejaba entendiendo el fútbol italiano para ir a bailar samba en las favelas de Río de Janeiro con sus amigos de infancia. Todos estos sucesos han tenido, como explicación lógica, el origen de estos hombres, casi siempre surgidos desde barriadas de pobreza en las que el fútbol se convierte en una manera de resolver la vida y de ser su revancha social contra las urgentes necesidades de cada día.

Deja un comentario

Lo último