Nuestra pasión por el fútbol nació en la infancia vinculada a una voz refinada, culta y llena de matices que cada lunes en la tarde aparecía en el desaparecido Canal 5 de Venezuela, la llamada televisora cultural, que para rellenar su programación metía los partidos de la por entonces desconocida Bundesliga.
El hombre que relataba esos partidos, de un país por entonces dividido en dos mitades y que cargaba con el desprestigio histórico del nazismo y el horror de la Segunda Guerra Mundial, no tenía rostro; era una figura invisible que seducía con un estilo singular.
Más que describir cada jugada como los locutores radiales que pasaron a la TV, hablando a toda velocidad y contando hasta el más nimio detalle, aquella voz dejaba que el partido transcurriera, y narraba-comentando, aportando pinceladas educativas de una formación enciclopédica, a través de las cuales el pueblo y la cultura alemana entraban en casa para compartir la mesa.
Así fue que los más célebres jugadores del fútbol alemán de los años setenta, cada lunes correteaban puntualmente por el antiguo televisor de bálbula Zenith, al que había que golpear cariñosamente, cuando la imagen se distorsionaba. Y esos jugadores de ceño fruncido, potentes e implacables para convertir goles, la culta y aterciopelada voz los hacía familiares, dedicándole los más curiosos y divertidos remoquetes.
Pierre Littbarski, el rapidísimo y menudo mediocampista del Colonia se grabó para siempre en nuestra memoria como “Migajita”; el impenetrable defensa central del Waldhof Mannheim, Paul Steiner, se convirtió en el “Cavernícola” por su firmeza en la última línea; y el potente delantero del Bayern Múnich, Karl-Heinz Rummenigge, pasó a la historia como “Caperucita Roja”, pues tras el robusto e inocente rostro del número 9 se escondía un fiero bombardero.
Con el tiempo supimos que la voz invisible que nos introdujo en el fútbol, a través de la Bundesliga, y que también entretenía nuestras tardes con la narración del programa Telemach, en el que maestros de escuela panzones, amas de casa entradas en carne y gente común y corriente de las más diversas ciudades de Alemania se medían en un reality show que otorgaba premios para sus comunidades, era el mismísimo narrador barranquillero, Andrés Salcedo.
Después de dos décadas ganándose la vida en Alemania, Salcedo regresó a su tierra natal en busca de imponer su estilo pausado y sin estridencias; pero en Colombia nunca tuvo cabida en los grandes medios.
Todo lo contrario a lo que ocurrió en Venezuela a partir de los años ochenta, en los que su voz se hizo imprescindible en los medios televisivos del país, relatando y comentando los partidos de las Copas Mundiales de Fútbol, la Eurocopa y hasta unos Juegos Olímpicos de Invierno.
En una de esas ocasiones en las que laboró en Televen, Salcedo nos contó en una entrevista las peripecias de su vida de trotamundos. De cómo un apasionado romance lo llevó en barco a España, donde pasó hambre en Madrid; de la fortuna de haber trabajado por 20 años en Transtel de Alemania como traductor, narrador y hasta actor de reparto; y de uno de sus más conspicuas pasiones.
Aunque había hecho fama como narrador de fútbol, el deporte que realmente lo seducía y conocía hasta la saciedad era el beisbol. Uno de sus sueños era narrar en Venezuela el choque entre los rivales eternos Caracas y Magallanes.
Esa figura imprescindible del deporte mundial se apagó ayer en Puerto Colombia, en su natal Barranquilla, donde un severo infarto se lo llevó a los 81 años. Donde quiera que vaya, su voz seguirá en las canchas de fútbol “peinando el maizal”.
Elecciones en el COV fueron suspendidas hasta nuevo aviso
Las elecciones de las nuevas autoridades del Comité Olímpico Venezolano, pautadas en principio para el pasado 5 de enero, entraron en un limbo. La decisión de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia de designar una nueva Comisión Electoral ad honoren, integrada por cinco miembros de las federaciones, fue considerada por la directiva del COV, presidida por Eduardo Álvarez, como una “intervención de un sector del gobierno”.
Por tal razón, envió una misiva al Comité Olímpico Internacional que esta semana respondió a través de otra carta, firmada por James Macleod, director de Solidaridad Olímpica, y Nevec Ilic, presidente de Panam Sport, en la que recomiendan “suspender el proceso electoral en curso con efecto inmediato hasta que se aclare por completo la situación actual”.
El COI se comprometió a informar cuáles federaciones de venezolanos tienen reconocimiento internacional, con el fin de que puedan participar en las elecciones de la Junta Directiva del COV que por lo pronto no tienen fecha definitiva.
Cavernícolas del balón son la otra cara del fútbol suramericano
Andrés Salcedo no solo fue un excelso narrador, también dejó una obra escrita en la que destacan las columnas que durante muchos años escribió en los medios impresos de Colombia, y que fueron recopiladas en el libro “Las otras caras del fútbol”, en las que analiza el juego y algunos de los personajes que marcaron su vida de simple aficionado.
Sobre el fútbol suramericano, Salcedo señalaba en el artículo “Cavernícolas del Fútbol” que el jugador de estos pagos era un “homo sapiens” con balón. “El futbolista suramericano siempre ha oscilado entre la exquisitez cortesana de los grandes imperios y la barbarie absoluta.
En el futbolista de esta parte del mundo pugnan por salir a flote dos fuerzas antagónicas: la inspiración del artista y la agresividad del carvenícola”.
Y sobre el fútbol actual aseguraba que es “algo más que un deporte. Es pasión nacional, credo político, religión, forma de vida. Y, por encima de todo, negocio. Negocio frío e implacable, en el que no caben el apego y la compasión. En el fútbol de hoy, la solvencia es el gol que tú mar