Los japoneses celebran su tercer triunfo en cinco Clásicos del Beisbol, a la vez que están de fiesta porque hace 150 años que ese deporte llegó a aquel país, a bordo de un educador estadounidense, llamado Horace Wilson.
Porque el beisbol no es el deporte nacional de Japón, aún cuando sí el más jugado, el más visto, el más querido por la mayoría de los 124 millones habitantes de aquel país.
El deporte nacional japonés se practica desde el año 23 Antes de Cristo, y es una lucha de reglamentaciones muy religiosas, respetuosas y elegantes, llamada sumo.
La descripción en Google: “El sumo o lucha sumo, es un deporte de combate, un arte marcial, en el cual dos luchadores, o rikishi, se enfrentan cuerpo a cuerpo, con el objetivo de echar a su rival al suelo o fuera del área circular. Es de origen japonés y considerado en ese país un arte. Mantiene mucho de la tradición sintoísta antigua. Es el deporte nacional de Japón”.
Entonces, ¿cómo y por qué, si Estados Unidos es la cuna del beisbol, Japón ha ganado tres de los cinco Clásicos Mundiales y sus equipos se ven más disciplinados, mejor espectáculo que todos los demás?
Pues, el beisbol japonés está basado en las escuelas de primaria, los institutos de secundaria y las Universidades, más las costumbres del país, basadas en un absoluto respeto a todo lo respetable.
Wilson llegó a la Universidad Keiko Gakko, de Tokio, en sus 30 años de edad, en 1872, y al año siguiente, hace 150 años, desembaló tres bates y una docena de pelotas que había llevado como parte del equipaje. Guantes no llevó porque no existían.
Incluso, en la primera Liga Grande, la National Association se jugaba entonces a mano limpia. En 1877, durante una visita a San Francisco, Wilson declaró a los periodistas:
“Mi misión era preparar a los jóvenes del equivalente de high school, para que hablaran y escribieran inglés, igual que en comportamiento internacional adecuado. Por eso pensé que enseñarles un deporte tan estadounidense como el beisbol, sería de gran ayuda. Y así ha sido”.
Ahora, cuando nos preparamos a conmemorar en agosto los 75 años de la muerte de George Herman (Babe) Ruth, surge el único comparable a él en 153 años de Grandes Ligas, el japonés, Shohei Ohtani, nativo de Oshú y de 28 años, lanzador estelar, bateador poderoso.
En 1878 surgió el primer equipo de beisbol japonés
Estudiantes de todos los niveles y jóvenes ya profesionales, jugaban pronto el beisbol, aún cuando no con equipos organizados, sino en improvisados encuentros vespertinos.
Pero la popularidad del juego voló de tal manera, que se importaban bates y pelotas en inmensas cantidades. Por supuesto, en poco tiempo comenzaron a fabricar los implementos en Tokio y alrededores.
Y ya en 1878, apareció el primer equipo en la historia del beisbol de Japón, el Shimbashi Atlétic Club. Fue obra del ingeniero Hiroshi Hiraoka, quien había estudiado en Nueva York, por lo que estaba familiarizado con el sistema de equipos.
Y se hablaba con familiaridad del Yakyú, como se dice beisbol en japonés.
Babe Ruth, Lou Gehrig y otros a jugar en Japón
En 1888, apenas 10 años después de surgir el primer equipo japonés, el cual, lógicamente, no era profesional, dos rósters de bigleaguers visitaron aquel país, los Medias Blancas de Chicago, que eran propiedad de Albert Goodwill Spalding y encabezados por Adrian (Cap) Anson, y los All Americans, con John Montgomery Ward de mánager-jugador.
Y después de la temporada de Grandes Ligas de 1913, John McGraw, propietario de los Gigantes de Nueva York y Charles Comiskey, de los Medias Blancas, llevaron a sus equipos a jugar en Tokio
Pero, la visita de bigleaguers a Japón más celebrada, ha sido la de noviembre de 1934, cuando fue, para jugar con equipos de allá, un seleccionado que incluía a Babe Ruth, Earl Averrill, Moe Berg, Jimmie Foxx, Joe Cascarella, Charley Gehringer, Lefty Gómez, Lefty Grove y Lou Gehrig. Como mánager fue Connie Mack, propietario de los Atléticos de Filadelfia.
Tanta actividad, tenía que conducir a la creación de la primera Liga de Beisbol Profesional en Japón, fue inaugurada en 1936 y llamada simplemente, Liga Japonesa.
Y 14 años después, decidieron copiar a Estados Unidos con dos Ligas Grandes, la Central y la del Pacífico, cada una con seis equipos, que realizan 144 juegos anuales.
EN TIPS
Espía y bigleaguer. El cátcher, que a la vez era espía de la CÍA, Moe Berg, fue a Japón en dos de esos viajes de peloteros. Hizo filmaciones para sus jefes.
Súper jonronero. El japonés Sadaharu Oh, quien jugó entre 1959 y 1980, sacó más jonrones en el beisbol de su país, que nadie en el mundo, 868.