2.541 días, casi siete años, aguardó Juniel Querecuto para jugar en un careo de la MLB, cuando fue usado el viernes 15 por Cardenales de San Luis frente a Filis de Filadelfia como corredor emergente por Willson Contreras, en el noveno y anotó en carrera, informó la web de la LVBP.
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La noche siguiente, el mánager Oliver Mármol lo colocó como octavo bate y camarero en la alineación de San Luis, que perdió 6-1 ante Filis.
Un poquito de emoción mezclada con ansiedad vivió en el segundo acto, cuando se ponchó tirándole ante el zurdo y compatriota Ranger Suárez, quien se apuntó una apertura de calidad y se llevó el triunfo.
El infielder terminó el careo sin hits en cuatro visitas al plato… pero recogió los frutos de su perseverancia, que le ha llevó a jugar en 1.143 encuentros de ligas menores.
Previamente, había aparecido por última vez en un choque de las mayores el 30 de septiembre de 2016 con Rays. Antes, sólo el lanzador Juan Carlos Pulido esperó más tiempo que el barquisimetano entre una comparecencia y otra en la MLB.
El zurdo debutó con Mellizos de Minnesota en 1994 y su última salida ese año fue el 7 de agosto.
Tras regresar a las granjas de los gemelos y luego declararse agente libre, se embarcó en un largo viaje que le llevó a las filiales de Cachorros de Chicago, Expos de Montreal y Mets de Nueva York. Luego lanzó en Taiwán, Japón, México y la Liga del Atlántico (independiente).
Volvió a subir el 29 de agosto de 2003, cuando el mismo Minnesota le dio otro chance. Pasaron 3.309 días, poco más de nueve años. Sin embargo, Querecuto desplazó al utility Oscar Salazar, quien entre su estreno con Detroit (2002) y su regreso con Baltimore (2008), pasaron 2.244 fechas. Se puede volver a decir aquel “nunca es tarde cuando la dicha es buena”