La selección nacional de baloncesto continúa su camino firme hacia el Campeonato Mundial de 2023 en Japón, Filipinas e Indonesia, consiguiendo ante el quinteto de Bahamas (81-86) la sexta victoria en siete desafíos del premundial. Un triunfo que tiene el valor adicional de haber sido edificado en condición de visitante en Nassáu, ante un rival que echó mano de todos sus recursos, incluyendo a sus estrellas que compiten en la NBA: el escolta Buddy Hill (Indiana Pacers) y Kai Martínez (Charlotte Hornets).
La nueva victoria en la cuarta ventana de la eliminatoria mostró de nuevo la variedad de recursos que tiene el quinteto dirigido por el argentino Fernando Duró para someter a los rivales.
Si en las primeras ventanas, los lanzamientos de triples y la intensidad defensiva fueron esenciales para superar a Panamá, Argentina y Paraguay, contra Bahamas la selección hizo valer el juego interior con la fuerza de Michael Carrera para anotar puntos bajo el canasto, imponiendo su físico y la velocidad de sus movimientos; la efectividad de Windi Graterol y la potencia de Garly Sojo en las penetraciones a la zona pintada para poner la bandeja o hundir el balón.
A diferencia del único partido perdido por Venezuela (66-69) ante Argentina en junio pasado en Puerto La Cruz, en el que Carrera se llenó de faltas y vio limitado su juego interior, esta vez el ala-pívot apareció en los momentos más decisivos, cuando el balón quemaba en las manos y hacía falta anotar para emparejar o pasar arriba en el marcador.
La falta de acierto desde larga distancia de Jhorman Zamora y David Cubillán, los mejores tripleros del equipo en las ventanas previas, fue suplida con creces por el trabajo de Carrera, Graterol y Néstor Colmenares. Desde la línea de los 6,75 metros, Venezuela apenas convirtió 7 de 27 lanzamientos. Zamora embocó uno de sus cincos disparos y Cubillán también uno de cuatro lanzamientos al cesto.
De allí la ventaja inicial que obtuvo de 29-21 en el primer cuarto que obligó a Venezuela a recurrir al juego cerca del aro para rebanar la ventaja y recuperarse ganando los tres cuartos siguientes por 13-14, 18-24 y 21-27 que permitieron remontar y sostener la mínima ventaja en los segundo finales del partido.
Como es costumbre en el equipo de Duró, cuando algún jugador falla en el ataque, como ocurrió ante Bahama con el inusual desacierto de Zamora desde la larga distancia, la ofensiva se reparte en otras manos. Graterol se fajó en ambos tableros para conseguir 21 puntos y tomar siete rebotes; y Carrera lo secundó con seis rebotes, dos bloques, un triples, dos tiros libres y un total de 17 puntos, 8 de ellos en el último cuarto para mantener a raya a los bahameños.
Sojo también se consolidó en esta ventana como uno de los mejores en el ataque de la selección. Es el jugador más atlético del equipo y puede conseguir puntos con su disparo de tres (2 triples) o en los quiebre rápidos, cuando Venezuela roba el balón. La “Joya” de Caricuao es la primera opción del quinteto nacional para atacar en el aro en carrera, como lo hizo en la última acción del partido hundiendo el balón y sellando el triunfo definitivo por 81-86.
Todavía queda mucho camino por recorrer, pero Venezuela dio un primer zarpazo en el complicado Grupo E, en el que Canadá quedó como líder invicto al derrotar con su poderoso equipo 99-87 a la Argentina de Facundo Campazzo. La selección nacional se ubica segunda en esta llave con una plantilla donde cada jugador conoce su papel, nadie está por encima del equipo, sin divos, y en el que la intensidad para defender es tan valioso como cada punto convertido.
La FVB también anota puntos con la recuperación de los tabloncillos
La actual directiva de la Federación Venezolana de Baloncesto, comandada por Hanthony Coello, también ha conseguido anotas valiosos puntos al aprovechar el nuevo sistema competitivo de la eliminatoria mundialista para acondicionar las instalaciones deportivas que requerían inversión.
El José Joaquín “Papá” Carrillo en el Parque Miranda fue la primera cancha que se rescató con el apoyo del gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, y en junio pasado también quedó como nueva la emblemática “Caldera del Diablo” del gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz. Hoy, la selección nacional jugará en el Domo Bolivariano de Barquisimeto que ha recuperado su antiguo esplendor.
Esta columna entra en una pausa hasta octubre próximo. Aprovecharemos las vacaciones para renovar energías y volver con más ímpetu a la redacción de Líder.
El próximo rival de Venezuela, este lunes en el Domo Bolivariano de Barquisimeto, es otro equipo que mucha fuerza bajo los tableros: la selección de República Dominicana que comandan el alero de los Indiana Pacer, Christopher Duarte, el pívot Ángel Delgado y el experimentado escolta Víctor Liz.
Dominar la zona pintada y frenar los contraataques de Dominicana
La historia de enfrentamientos recientes entra ambas selecciones está parejo. Venezuela derrotó 79-78 a los de Quisqueya en la clasificación de Fiba América de 2018, y un año después cayó en su visita a Santo Domingo 72-62.
Los Dominicanos, que derrotaron 70-61 a Panamá en el primer choque de esta cuarta ventana, consiguen el 37% de sus puntos en la zona pintada, por lo que Néstor Colmenares, Windi Graterol, Michael Carrera tendrán que librar otra dura batalla para dominar los tableros y frenar el juego interno. El quinteto visitante también saca provecho a los contra ataques, gracias a la velocidad de Liz y Duarte, y tienen un promedio de 16 puntos con sus quiebres rápidos. Salir con dos victoria en esta ventana es vital para seguir soñando.