Más que en un pelotero, en lo primero que se piensa al ver a Bo Jackson, es en un atleta profesional, no en un jugador de beisbol de ligas mayores. He allí la diferencia con Herb Score y Tony Coniglaro, con quienes lo hemos asociado esta semana al citar a quienes no llegaron al Salón de la Fama de las ligas mayores, pese a su indudable talento. En el fondo y en parte, por no sumar el mínimo de diez temporadas de servicio exigidas, que tampoco pudo Jackson por las lesiones que afectaron su carrera como jugador de beisbol y futbolista.
¿Entonces que fue Jackson, un futbolista o un pelotero? Por supuesto que ambas cosas. Pero esa dualidad es la que otorgó esa diferencia que tal vez es el obstáculo que impidió verlo en el escenario que más nos interesa. Su caso es parecido al de Michael Jordan, si entrar en detalles sobre las habilidades del basquetbolista para el beisbol. Al final. Jordan no pudo con la habilidad que tenía para el beisbol y sí para el basquetbol, pero Jackson si la tuvo para el fútbol como para el beisbol. Allí quizás estuvo su perdición para destacarse a tiempo completo en un solo frente, como imaginaban los fanáticos que debió, para disfrutar a plenitud cualquiera de sus destrezas.
Jackson firmó para jugar beisbol en 1986 a los 24 años como jardinero con los Reales de Kansas City, para quienes actuó hasta 1990. Sus estadísticas no fueron tan notables como las de un Willie Mays, sobre todo por desempeñarse simultáneamente como futbolista como “Corredor Interno” para los Raiders de Los Ángeles en la Liga Nacional de Fútbol. En sus ocho temporadas en la gran carpa no logró ningún liderato individual, pero cuando tuvo la oportunidad de poner en evidencia su ingenio físico, lo hizo con creces como ocurrió en el Juego de Estrellas de 1989 en Anaheim. Abrió en el jardín izquierdo de la Americana, dio un jonrón y un sencillo y remolcó dos carreras, mientras completaba el lance defensivo de la serie. Fue elegido “Más Valioso” del clásico ganado por la Americana 5 a 3 a la Nacional.
En su carrera de ocho campañas entre 1986 y 1994 con los Reales, los Medias Blancas y los Angelinos, Jackson solo en cuatro oportunidades actuó en más de cien desafíos con un topa de 135 en 1989 con 32 jonrones y 105 impulsadas. De por vida bateó para 250 con 141 cuadrangulares y 415 remolcadas.
Nunca sabremos a dónde ha podido llegar Bo Jackson, de no haber sido por las lesiones. Molestias que lo molestaron, tanto en el beisbol como en el fútbol americano. Como ocurrió con Herb Score y con Tony Conigliaro en su momento. Y sin establecer comparaciones entre los tres, auténticos peloteros de las grandes ligas.